miércoles, 28 de julio de 2010

Nos enseñaron a interrogar a través de la tortura

Esto aseguró el uniformado, frente al tribunal. Los “maestros” eran rangers de EEUU y militares argentinos.

Tan sólo dos testimonios tuvo la jornada doce del primer juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza y si bien ninguno de los imputados fue señalado, el debate sirvió para que un ex militar y actual policía explicara que, años antes de la dictadura, fue entrenado en distintos métodos de tortura a través de profesores argentinos y rangers norteamericanos. También certificó que, días antes del Golpe de Estado de 1976, siendo ya policía, su superior le avisó, al igual que al resto de la compañía, que se preparara para un acuartelamiento y que, horas antes de que se derrocara a María Estela de Perón, todos los policías, junto a militares, se encontraban en formación en la sede de Infantería de San Rafael.

AÑOS ANTES. Roberto Florencio Reyes proviene de familia de militares y llegó a ser cabo primero desempeñando funciones en la banda de música. Allí estuvo hasta 1970, cuando, por un accidente, fue dado de baja y se incorporó a la banda de música de la policía, pero antes de ese accidente, según testimonió ante los jueces Héctor Cortés, Roberto Burad y Roberto Naciff, hizo un entrenamiento bastante particular. Corría el año 1967 y, mientras Ernesto Che Guevara se encontraba en Bolivia, alrededor de 20 rangers norteamericanos y un número similar de militares argentinos dieron un curso antiguerrillero en Salta, donde aparecieron focos de subversión por la época. Allí, según explicó Reyes: “Nos enseñaron a interrogar a través de la tortura”. Entre los métodos aprendidos por los militares argentinos que se presentaron a hacer el curso estaba el procedimiento de estaquear gente. Este consistía en atar a una persona de piernas y brazos y con correas mojadas al sol, cortarle los párpados, para que no pudieran cerrar los ojos y tuvieran que mirar permanentemente el sol y, en ocasiones, tirarles sal. Según Reyes, que argumentó que nunca aplicó métodos de tortura ni en el curso ni en la dictadura, los torturados “se volvían locos”. Reyes también señaló que se enseñó a colgar a las personas de sus brazos, a aplicarles el llamado submarino, en sus dos variantes, el húmedo, que consiste en hundir la cabeza de una persona en un tacho de agua, y el seco, que es producir asfixia a través de una bolsa. En ese sentido, Reyes señaló que “eran métodos que conocía todo el mundo y que los rangers no venían con nada nuevo”. A cambio del aprendizaje, los militares argentinos enseñaron a los soldados que asistían al curso y a los rangers el uso de la picana eléctrica. Reyes, que durante la dictadura y siendo policía fue custodio de los detenidos en la Casa Departamental durante casi dos meses, reconoció que cuando “una persona está en una situación límite, dice cualquier cosa con tal de salvarse”. El curso duró cuatro meses y, según el testigo, las personas lo hicieron “para seguir practicando e intensificando” lo aprendido. Estimó que el curso de aprendizaje continuó a través de los años.

AÑOS DESPUÉS. Reyes explicó que, días antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, el oficial de policía a cargo de la Banda Militar les avisó a todos los miembros, Reyes incluido, que se fueran preparando para un acuartelamiento y, horas antes del golpe, a la medianoche, policías y militares se encontraron en Infantería, donde fueron dadas las primeras órdenes. Allí, Reyes explicó que un militar organizó a un grupo de policías, él incluido, que fue a custodiar una zona llamada Sierra Pintada y, tras cinco días en ese lugar, fue enviado a la Casa Departamental, en donde formó parte de la guardia la noche del 31 de marzo, cuando los desaparecidos Francisco Tripiana y Pascual Sandoval fueron presuntamente dejados en libertad. Según el testimonio de Reyes, con Tripiana y Sandoval no tuvo mucho contacto, en cambio sí con otros detenidos, como Alfredo Porras y el ex gobernador José Martínez Baca, a quienes ayudó en distintas circunstancias, arriesgándose, ya que, según explicó, era visto como traición si uno establecía relación con los detenidos o transmitía recados, como hizo en el caso de Porras, para que su madre supiera que estaba vivo y, posteriormente, para que este viera unos minutos a su familia, previo amenazarlo con que lo mataría si intentaba escapar. Justamente, esa “cuestión humanitaria” era lo que provocaba que él nunca pudiera aplicar los métodos de tortura aprendidos, según explicó. Reyes afirmó también que vio a los imputados José Mussere, Raúl Ruiz Soppe, Juan Labarta y a Raúl Egea en varias oportunidades en la Casa Departamental, aunque sólo en el caso de Ruiz Soppe afirmó que quizás este llegó hasta las celdas de los detenidos. No obstante, el testigo afirmó que nunca vio a nadie con señales de tortura en el centro de detención, aunque admitió que vivir en celdas, casi sin luz, incomunicados, sin que nadie supiera si estaban vivos o no, era una tortura para los detenidos y sus familias. En ese sentido, alegó que los detenidos sentían mucho miedo y terror, porque “no sabían adónde iban a terminar”. En cuanto a los motivos de por qué había presos políticos, Reyes afirmó que nunca lo preguntó. “En ese momento cada uno cuida su pellejo, uno no preguntaba por respeto o para no quedar involucrado en algo”, explicó el miembro de la policía de Mendoza, que señaló también que dudaba de que un detenido torturado, al no tener marcas, le dijera que había sido castigado por miembros de las fuerzas de seguridad.

Publicado en http://www.elsolonline.com

martes, 20 de julio de 2010

Día del gomía

A quién carajo voy a saludar hoy si descubrí que los amigos de la infancia, esos con los que jugábamos a las escondidas, al ring raje, a la pelota, a la mancha, a los autitos... son anti K.
Se han convertido en gorilones de barrio, que hablan de los Plan Rascar, de que ahora los grones tienen hijos para vivir del Estado, del bótox, de las carteras, de los kk, de lo que se afanaron. Se han convertido en gorilones de barrio que se cagan en la solidaridad, en los pobres, en la inclusión...
Y yo me he convertido en un discriminador extremo: si sos K está todo bien con vos, si no... no. Así que con los pibes del rioba está todo mal. Por lo menos hasta que TN les cambie el casstette.
Lo bueno es que siempre hay excepciones, así que esta noche, entre tanto laburo que tengo, me voy a hacer un huequito para irme a tomar una cerveza con mi amigo Marpa.

sábado, 17 de julio de 2010

Un país mejor

Cómo me gustaría exprimirte hasta la última gota de tus jugos. Y tirarlos a la más podrida de todas las cloacas. E incendiar tus semillas en el más abrasador de los fuegos. Sólo así estoy seguro de que éste será un país mejor... hombre no positivo.

jueves, 15 de julio de 2010

Boxeador

Ver gráfico más arriba.

Están nervioshos???

Por Cristian Carrillo

“A los montos como vos los vamos a matar a todos y yo ya me cargué a varios encima.” La frase no se desprende de una retrospectiva de la última dictadura militar, sino que pertenece a José María Soaje Pinto, abogado del gerente de Finanzas de Papel Prensa, Daniel Aguirre, acusado en la investigación por el pago de coimas. El letrado lanzó las amenazas, junto con algunos golpes de puño, al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. La denuncia fue realizada por el titular de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), Daniel Reposo, quien también recibió agresiones físicas por parte del abogado. El bochornoso espectáculo tuvo lugar ayer durante una audiencia realizada en Papel Prensa, en la que el gerente de Finanzas debía comparecer por su accionar en la firma que controlan Clarín y La Nación. La trifulca logró su cometido, ya que Aguirre pudo evitar hacer su declaración, aunque fue convocado a una nueva audiencia para mañana. Aguirre y Soaje Pinto presentaron una denuncia acusándolo a Moreno de iniciar el pleito, de lanzarle una silla en la cabeza y de provocarle la posible fractura de un dedo.
El pedido de declaración de Aguirre se realizó en el marco de la causa que investiga el presunto pago de retornos en la construcción de la planta de San Pedro de Papel Prensa. Aguirre era quien debía dar testimonio ayer por lo actuado en los últimos treinta años. El jefe de Finanzas concurrió a la empresa a las 8.55 acompañado por “una persona que se presentó como el doctor Soaje Pinto”, según consta en el acta del encuentro, labrada por los escribanos presentes. El abogado acudió para prestar “asistencia letrada” a Aguirre. Sin embargo, otro de los síndicos, Agustín Tarelli, les informó que el acto “consistía en una declaración testimonial” y en consecuencia el compareciente no podía ser asistido por un abogado.
La negativa fue la que generó la primera reacción por parte de Soaje Pinto. El clima se tensó aún más cuando Moreno le preguntó al abogado “quién le pagaba”. El abogado respondió a los gritos y lanzando manotazos al secretario de Comercio. “Qué carajo te importa”, le dijo. “A los zurdos me los voy a llevar puestos a todos”, amenazó Soaje Pinto, quien luego se dirigió a Moreno: “Elegí el calibre porque te reto a duelo”, según reseñó Reposo a este diario, versión que coincide con el acta de la reunión.
Tras lanzar las amenazas, el letrado “se le tiró encima a Moreno como para golpearlo. Moreno estaba sentado, y cuando se paró, este hombre empezó a las trompadas”, resumió el titular de la Sigen, quien también dijo ser víctima de la agresión al intentar intervenir. De acuerdo con este relato, el secretario se incorporó de su lugar y “sólo levantó los brazos en posición de guardia para defenderse”.
Reposo reclamó entonces a Soaje Pinto que se retirara junto a Aguirre. En ese momento, el gerente de Finanzas cambió su discurso y aseguró que el abogado era “primo” suyo y que había ido para “saludarlo con motivo de celebrarse (ese día) su cumpleaños”. No bien se fueron del lugar, mientras Soaje Pinto reiteraba a Moreno que “se lo iba a llevar puesto por ser zurdo”, se labró el acta respectiva y se convocó nuevamente a Aguirre a declarar. Reposo hizo la denuncia en la comisaría de la Seccional 1ª de la Policía Federal, por “lesiones”, y solicitó la intervención del Juzgado Nº 8, a cargo de Ariel Santos.
Aguirre y Soaje Pinto también hicieron la denuncia con otra versión de los hechos. La presentación se realizó en la misma comisaría, sosteniendo que fueron agredidos físicamente por Moreno, por un custodio del funcionario y por Reposo. Relataron en la denuncia que hubo “empellones, trompadas” y que el secretario de Comercio les tiró una silla “por la cabeza”. Según el gerente de Finanzas, “quien peor llevó la situación” fue su abogado, a quien “el sillazo presuntamente le quebró un dedo y las heridas sangrantes en el labio producidas por Reposo fueron verificadas por el médico legista de la Policía Federal”.
“El malestar en realidad responde a que se está tocando un nido de procesistas, a los que se les acaba la impunidad”, señalaron desde Comercio a Página/12. Esto quedó además en evidencia en la decisión del juez Daniel Rafecas de girar las actuaciones por el traspaso accionario “compulsivo” de las acciones de Papel Prensa a un juzgado que investiga delitos de “lesa humanidad” cometidos por la banda de Ramón Camps. “Los accionistas Clarín y La Nación introdujeron un provocador profesional, con una historia de defender sectores de extrema derecha, para tapar con ruido la investigación”, dijo a este diario el ministro de Economía, Amado Boudou. El abogado de Aguirre fue defensor de Mohammed Alí Seineldín, del líder neonazi Alejandro Biondini y de un criminal nazi fugado a la Argentina.

Publicado en http://dequemequierenconvencer.blogspot.com/

jueves, 1 de julio de 2010

Fugitivo

Ver gráfico más arriba.

Contaminado

Ver gráfico más arriba.